La Prudencia Depende de la Vigilancia Personal

vigilanciaLa mayor parte de la gente no se da cuenta de que tanto la ayuda como el perjuicio vienen de nuestro interior. En cambio miran a lo externo, hipnotizados por las apariencias.

La gente prudente, por otra parte, se percata de que somos la fuente de cuanto nos es bueno o malo. Por consiguiente, no recurre a culpar y acusar a los demás. No se siente empujada a convencer a nadie de que es respetable, especial o distinguida.

Cuando alguien prudente se enfrenta a un reto, se mira a sí mismo; cuando recibe alabanzas, sonríe para sí, impasible; cuando es objeto de calumnias, no siente necesidad de defender su nombre.

Pero se ocupa de sus actos con vigilancia, pensando que todo está bien, aunque no perfectamente seguro. Armoniza sus deseos con la vida tal como es y trata de evitar solamente las cosas que le impedirían ejercer su voluntad correctamente. Ejercita la moderación en todos sus asuntos. Y parecer ignorante o simple, no es algo que le concierna. Sabe que sólo tiene que vigilarse a sí mismo y a la dirección de sus deseos.

-Epicteto-

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